"A lo mejor la vida solo consta de disfrutar de los pequeños momentos."

1 de agosto de 2014

Callará debajo de ese mar sin palabras.

Estaba escribiendo algo equivocado.

Algo que me venía a la mente.  Pero sin querer se iba. Quería escribir una respuestas a esas interminables preguntas. Escribir canciones de amor, escribir cartas a mano. Con sudor frío y sangre caliente.

Sufrí un naufragio de recuerdos, y nade entre inhóspitos mares azules.

Casi siempre me sentaba a la orilla de ese mar, sacudía las manos entre la arena. Quien pensaría en lo que pasaría cuando mis dedos tocarán ese dolor tan profundo. Tan doloroso cómo una bala atravesando mi pecho, atravesando ese mar entre montañas.

¿Quién me esperará detrás de ese espejo,  de ese espejo sin salida? ¿a caso es el mismo que mira detrás de mi hombro cuando hablo por teléfono? Quien sabe de lo que soy capaz cuando me acaricias el mentón, cuando se me eriza la piel al tocarme con tus dedos mi mano.

Nadie improvisa en esta vida como yo cuando intento besarte y ya has desaparecido. Siento de nuevo, en un abrir y cerrar de ojos, aquel agua tan sumamente helada. Quiero recordarte cómo esa tempestad que me da de frente en las piernas y me moja entera, me acaricia el cuello y me sumerjo entre el humilde recuerdo que profundiza en ti. Recordarte como ese frío en verano y con esa pequeña mueca tan divertida que me encantaba.

Solo quiero ser aquello que vuela sobre el cielo, aquello que me inunda de oxígeno los pulmones y da vía libre a mi subconsciente. Da esa libertad tan repentina a mi mente de naufragar entre mares inmensos sumergidos en mensajes dentro de una botella. Quiero aquello que me haga nadar sin ahogarme, nadar sin dejar de respirar. Sumergir mis entrañas entre agua salada casi desolada. No quiero cubrirme de impertinencias inagotables, y ojalá vuelvas como cada mañana al mismo mar y poderte ver sin que me veas.

Invisible.
Invisible a tus sentidos.