"A lo mejor la vida solo consta de disfrutar de los pequeños momentos."

27 de marzo de 2015

Solo a ti.


No escucho tus palabras, esta vez no.

Esta vez he decidido acurrucarme sin sentirte, sin oírte, sin pensarte.

Me derrito si me sonríes, si me miras y me guiñas un ojo. Tiemblo cuando te vas aunque el frío penetre más, te has ido y no sé si es para siempre porque fue sin avisar.

Pensé que sería diferente tenerte delante y saber que decir. Pero mis palabras son crudas y no saben a nada, han perdido el valor que las quedaba y no por mi culpa.

Me siento, me tumbo y me levanto casi tres veces al día porque sigo oyendo tu voz estando en silencio. A lo mejor lo que oyes no soy yo, porque yo estoy en el bar de siempre con el café de siempre. Esperando a lo de siempre. Siempre es lo mismo por eso no hablo con nadie ni susurro al viento mis problemas, estoy incompleta cuando te vas y te involucras en la barra del bar con cinco tequilas.

Quiero oírte cerca para siempre para poder decir que mi risa existe.

Porque últimamente cuando hablas solo te pido a ti. Solo oigo tus palabras. La leve sinfonía de tus cuerdas vocales. Y lo demás tiene menos importancia. Porque solo me importas tu. Tu incontrolable sentido de la vista. Tu olor.

24 de enero de 2015

A tres versos de ti.

Tres paracaídas y ninguno se habré. 
Dos pies y en ninguno me sostengo. 
Dos ojos y por ninguno te veo.

Ojalá pudiera oírte. Ojalá sentirte tan cerca como la brisa que me da de frente. Sin embargo, me siento desplumada, me has robado todo. Mi energía. Mis ganas vivir queriendo. Y no sin querer. Mis ganas de ver, de verte. Te has llevado mis largos caminos, mis auto destrucciones, mi antifaz, mi mala faceta antiderumbe. 

Acaso me quisiste sin problemas, sin ti. Uno de los más pequeños detalles que he tenido. El más importante. Más te vale devolverme sin rasguños, sin auto lesiones; aquellas cicatrices que con los años se hacían más  grandes, no quiero discutir sobre el no querer, ni sobre el miedo que aconseja tu cuerpo y te deja con sed. Mis auto destrucciones que me dejan bajo tierra, sin mi oxígeno. Los pros y los contras de las súplicas a media noche contra el sofá, de besarte mientras suena aquella canción de fondo. Si supieras lo que es quererte sin tenerte, si supieras lo que besarte sin tocarte. No dirías que te quiero sin querer queriendo, no dirías que por ti me doy de bruces contra el suelo. El universo sin ti y mis pequeños detalles sin sus hechos. Tus lunares tras galaxias, tus caminares con diamantes tras el cielo, me guarda la espera hasta la muerte. Que si me muero, por fin,  tu amor me llene, tu olor me inunde de esa melancolía inhumana. 

Siendo feliz a mi manera, reconociendo al sol como una estrella que no quema. Siendo pluton un planeta. Sin corazón contado, sin duda alguna. Aquí y ahora, Aquellas canción, en tus ojos, baila al ritmo de tu risa. Cántame la más bonita de tus canciones, la que haces cuando me miras. Entre soneto y soneto, un beso. Cada vez más cerca de tu día a día. Que no me gusta el ron a palo seco si no sabe a tus labios. Tengo corazón parado, parado y olvidado. Tengo esperanza de que vuelva a latir sin ti. Con el arma y el gran problema de la bala en el aire, a cámara lenta. Que si te da en el pecho rebote. Y vuelva hacia mi sin pensar el porque. No se si me dejarán quedarme contigo, pero si quieres te ayudo queriéndote. Aquí. Sin papeles firmados. Te quiero, sin embargo. Y ahora tus lunes amargos ahogados en café, y tus lugar favoritos tras la primera vez. Cada espina un pétalo, cada pétalo una rosa. Casi siempre y casi nada del revés. Y caminaremos frente al sol. Correremos bajo la luna llena mojados en lluvia, y tormenta. Tiritando sin saber por que, no me da miedo decir que si no estoy mañana me recuerdes hoy. Tuyo soy. Tuyo eres. Contigo que sin ti, no hay manera, te quiero por que si.

Ciérrame los ojos, si me ves a través de ellos como te veía a ti. Acércate, tócame las manos pálidas y frías como porcelana. Ni siento nada, ni tengo nada que perder contra ti.
 Quiéreme si te atreves.

11 de enero de 2015

Te quiero tan solo porque quiero.

Deslice cada uno de mis dedos por tu espalda. Deje caer todos mis impulsos en lo mas profundo de nuestros hoyuelos. Y sin embargo no apareciste. No te dignaste a venir cuando la luna se encendió, no te dejaste caer en mi cama. A mi lado. Simplemente te vi a lo lejos entre mis recuerdos, entre recuerdos en papel, recuerdos no presentes. No estas. No estarás nunca mas. Me duele verte así tras el espejo sin poder salir, sin poder tocarte esa piel, ese olor que desprendías. Estoy atada a mi pasado, a tu pasado, por decir de algún modo, a nuestro pasado. Al que cogí la mano y ahora no me suelta ni la pierna. Y ojala pierda los estribos por ti como hice anteriormente, ojala me llene de esa fuerza para salir a buscarte. Solo quiero una vez mas acurrucarme en el sentimiento anterior que ya olvidaste y dejaste entre lineas. Lineas oscuras, sin presencia de aquella luz fluorescente que me hacia achinar los ojos y verte dos veces. O tres cuando llevaba mas de tres copas encima, si verte ebria es bonito pues imagínate sin estarlo. Sin tenernos encima, a lo lejos, sigo viéndote igual entre lo inmune y lo sobrenatural, tu sigues siendo lo que quiero ver cada mañana al despertarme. Sigues siendo lo que quiero cada domingo en el sofá. Sigues siendo el mejor problema que he tenido.

Recordé lo lindo que sonaba tu nombre tras las cortinas del viejo bar de la esquina. Donde escribí tu nombre tantas veces como días habíamos pasado en ese mismo sitio. Pero sin querer me di cuenta de que tu nombre sonaba extraño y tan lejano como querer recorrer el mundo en tan solo quince días. Llámame de nuevo para poder grabar el sonido de tu voz en lo mas profundo de mi corazón, y que me duela para siempre como síntoma de tu recuerdo, Saboreando tu melancolía entre versos de poemas encharcados en sudores fríos a las tres de la mañana. Compone mis canciones otra vez, y di mi nombre en ellas como cuando me querías. Tan solo suena bien de tu boca, no suena bien de ninguna manera mas que de la tuya. A lo mejor no te suena mi nombre porque a penas lo recuerdas y a duras penas me olvidaste. Tan temprano como el sol cada mañana. 

Vuelve susurrarme al oído, consigue que mi piel se erice como conseguías cuando creía en tu magia, en la magia que componía tu risa. Cuéntame tus batallas apuntadas en cada uno de los lunares de tu espalda. Loca, sin misterios entre lineas me devora el sueño, sin tener los pies fríos te recuerdo apuntando dolorida tus poemas en verso, y no te quiero porque tu me quieras si no te quiero sin que tu me quieras. 

Y asi sin mas te quise, sin venir a cuento, boca arriba, boca abajo, y así pusiste mi vida de un momento a otro. Patas arriba. sin quererlo a penas.


8 de diciembre de 2014

Despiertame como tu sabes.

Llegaste con las manos vacías, con la cabeza llena de esas mariposas  que te hacen  añorar cada uno de los suspiros frente al cristal. Llegaste por casualidad y te quedaste. Quien sabe como te voy a llamar ahora, como voy a gritar tu nombre si no tengo voz. Si mis pulmones están marchitos, y mi corazón roto.
Como voy a cantar esas mini canciones que sabían a ti, esas sabias palabras con sabor a tus besos. No se como decirte lo que te daría sin tenerte, lo que te daría sin sentirte. Cogerte las manos, congeladas, inquietas, suaves, enredadas en tu precioso pelo. Como voy a darte lo que tengo sin tener nada en entre esta distancia que me mata, entre esta angustia que me remata, que me quita esa esperanza que me salía hasta por las  orejas  y ahora ha desaparecido, te quiero tan quieto como siempre tan perspicaz, tan indudablemente loco. No tengo más que decir si tu cabeza ya no está llena de ti si en tu estómago ya no albergan todo tipo de mariposas, todo tipo de fuegos artificiales, si la magia entre nuestros cuerpos se ha marchado para no volver.  Que si te toco la chispa que me da me deja aislada de esa brisa que nos gusta tanto. Tanto, tanto tiempo para esto, para no estar fuera de si, para no pensar en ti, para no quererte para no sentirte, y que más da. Que más da tu miedo, que más da tu búsqueda de felicidad fuera de mi lado. Si tu vida está aquí, está tan cerca que no la ves,  no la miras y la rehuyes, daría todo por que me vieras tal y como me veías antes.
Y es que ese dolor que inunda mi estómago, mi corazón es un dolor. Tan agudo que toco sin sentir. Que toco el cielo y no lo siento. Ese dolor de echar de menos, ese dolor que no cabe en mis pulmones. No se como decirte que daría una vida por verte sonreír. Tu solo dime como vas a dormir ahora sin echarme en falta en el lado derecho de tu cama, como vas a andar sin llevar a nadie agarrado de la mano. Lo siento pero no voy a estar.

1 de diciembre de 2014

Cartas quemadas a traición.

Quiero escribirte algo, algo que te recuerde lo que has venido a hacer, algo que te llene el corazón y nunca más vuelva. Escribir algo que no deje dudas encima de la mesa, ni polvo bajo el sofá. Algo que se pronuncie fuerte y suene mejor. Algo que suene bien lo digas del revés, que sea fácil de entenderte, sencillo y rápido. Algo alegre y triste, donde yo sobre cuando estas tú y tu faltes si no estás.

Que hable de alguna ausencia prescindible , de todas las maneras de verlo. De quererlo. De amarlo. De tocarlo. 

Y siempre suene triste. La triste manera de sostenerlo por encima de la luz del sol, del cielo.  Dejando atrás cada uno de los lugares que me faltan por visitar. Miles de personas ardiendo por no poder amar, por no poder querer a tiempo. Del mismo modo que quererte a oscuras, con los ojos vendados y sin apenas luz entre nuestras manos. Háblame de ese dolor intrépido entre nuestros besos, de ese aroma a chocolate caliente en las mañanas frías.
Quiero hablar de tu ausencia que es la que más mata, y me remata. Me hace sollozar  por las esquinas. No puedo prescindir de ti, no puedes faltarme. Hazlo despacio y poco a poco. Ojalá te des cuenta de que soy para ti como tu una vez fuiste para mi.
Termino con tus besos, añorandote, extrañadote. Echando de menos, en falta todo eso que ahora me deja desnuda. Sentada en el sofá buscando una respuesta a esta soledad. Buscando una respuesta a estas lágrimas que flotan por mis mejillas. Y te quiero, como el mar en aquel atardecer.

23 de noviembre de 2014

Por un +1.

Presentia que cuanto mas me dolía, más  cerca estabas de mi. Y que me mirabas de reojo por no querer fulminarme con esos ojos que parecen fuego. Pero me duele, me fulminas el corazon cuando estas a menos de cinco metros, y no se si sera por ti o por mi mal forma de pensar que lo que creo es mentira. Y te siento lejos como la primera vez en la que susurre tu nombre al lado de la ventana y llegaste pronto. No me gustó reconocerte,  fue realmente  difícil. Habia demasiadas estrellas en el cielo y no me acordaba de ti. Pero me daba igual, aparecias y te ibas cuando querías. Cada vez me costaba menos sentir ese dolor tan estrangulante en mi yugular. Me inundaba entera de arriba a abajo, sin saber el porque. Sentía que ya no iba a morir y las primaveras me gustaban más sin  ti. Sin tu olor.

Ya no siento nada,  que si me levanto ya no me caigo, que si me da por sobrevivir a base de tus besos ya no los necesito, y eso es porque si tu no estás ya no importa tanto, que si te vas me da igual y si me coges de la mano la verdad esque a lo mejor miento. Miento si te digo que no te quedes cuando quiero que te quedes toda la vida, miento cuando digo que no te quiero, y te quiero mas que a mi misma. Y la metáfora inexistente, cuando te miro a los ojos y no confio en ti,  pero en realidad confio más  en ti que en mí  misma, que confío  más  en ti cuando me mientes que cuando me caigo y pienso en ti. Daría la vida por hacer que no me mintieras y a lo mejor podría decir que te necesito como ese sol por la mañanas o como esa sábana  en los días de frío. Como los brazos que arropan mis cuerpo en los días  tristes. Te necesito así, incomprensible  y dulce, inmaleable y retorcido. Te necesito inquieto , te necesito riendote. Feliz. Por si fuera  poco te dejaría  ir, te dejaria morderte ese labio si no fuera porque mañana tengo otra cita contigo en el penúltimo  atardecer en el mismo sitio de todos los días . 
Puedes matarme, puedes perderme, sabes mi punto debil, mi punto fuerte, mi punto delicado. Mi punto retorcido. Mi punto tu, mi punto tan necesario. Y puede ser que sea como un trueno, como una tormenta que hace retumbar una ciudad entera si no te tengo cerca, que brilla por momentos y tarda en salir. Puedo ser el primer estruendo en una noche aislada y seguirían  sin darte cuenta de que no hubiera sido nada si no llega a ser por ti.

Te imagino ahi arriba y trago saliva, me desahogo contra tu mirada que me mira y no puedo rehuir. Pero sin embargo no puedo más  conmigo misma. Si me necesitas llámame , llámame fuerte, dejate la voz  y a lo mejor te oigo. Y si confías  en mí, por favor hazmelo saber agarrando mi mano y haciendome sentir tan protegida como antes .No puedo imaginarte igual, la verdad es que esa imagen la he perdido y lo ultimo que me queda es volverte a ver detrás  de cada olvido, detras de cada miedo incontrolable a la oscuridad. Y que me dices, que me dices de quererte tanto como estrellas ahi en el cielo, tanto como kilometros hay a la luna, no sabes cuanto daría por quererte  tanto de nuevo. No sabes lo que es sentirte mal por dentro por no tener la fuerza que me lleva a tenerte tan lejos y acostumbrarme. Simplemente no me acostumbro a echarte de menos.

27 de octubre de 2014

X

Nos pasábamos la vida buscando algo, algo que nos haga feliz y a veces lo tenemos tan cerca que no nos damos ni cuenta.
Lo tocamos y no sabemos que eso será lo que querrás toda la vida.  Lo sientes y nunca tendrás la ocasión de plantearte porque no hay nada mejor que puedas tener.  Y es que a lo mejor no necesitamos nada más ni nada de menos.  Tenemos de todo y no sabemos llevarlo. Llevarlo a  cuestas con dolor de espalda y muerta de frío. No sabemos de  que trata sin leerlo. No sabemos de quien trata sin descifrar esa tempestad bajo la capa de miedo ausente. No soy yo lo que quieres ver en estos días de niebla, que no te deja ver la realidad y la confundes.
Te ciega como el sol de mediodía y no te deja remontar al cielo con sólo tocarlo. Y es que el sol no lo quiero, no quiero el calor de sol si nos pasamos intentando mirarlo casi más de un día y no lo conseguimos. Y duele pensar que he olido ese perfume olor a ti, esa sensación que recorre mi exterior y mi interior. No quiero verte ni tocarte ni no te vas a quedar. Y me refiero a ti y a tu foro de mirar, porque mirarte es como intenta tenerte sin éxito, besarte es como besar al mar abierto con aquella canción de los Beatles de fondo. Y no me duele. A caso tenerte no subestima el cerebro humano. La superficialidad es lo más incómodo se esté jónico mundo, ahoga y te duele aunque para eso estamos vivos para quererte y ni conocerte.

16 de octubre de 2014

¿Y por qué hoy no?

¿Y por qué no? ¿Y por qué no siento los dedos de los pies cuando nieva? ¿Por qué no estás? ¿Por qué se humedecen mis entrañas cuando no siento tu calor pegado a mi corazón? Siempre lo mismo, la misma gente.La misma gente que jura y no recuerda, la gente que promete y desvanece del mapa. Lo mismo siempre, la misma situación de incredulidad. La pura realidad plasmada en mi vinculo con mi presencia, que se hace inaudita cuando no encuentro otra posibilidad que llevarme las manos a la cabeza para suponer que necesito a alguien peor que yo, a alguien mas loco, para poder asaltar lo no llaman realidad. Pero me siento un poco pulcra lejos de ti, lejos de mi cariño que se va lejos de ti. Si no sabes como creer en mi ni lo intentes porque ni yo misma confío en mi, ni yo misma confió en mis palabras.

Palabras difíciles entre lineas marchitas que suenan en mi corazón a causa de tu inseguridad que vuela entre el humo de aquel barco a vapor que se oye en la orilla.

Vuelta al mar, el mar sin esa salida llena de flores, mariposas, donde los cuentos dejan marcas de dolor travestidas en silencio. No soy yo, ahora mismo mi corazón no late y volverá a ser por ese frió que conmueve mi alma llena de rastrojos, de arañazos, y ese dolor por ese calor del hielo. Del dulce sabor a frío que entumece mi cara al oírte suspirar. Pero si luchas para perderte empieza por saber que es el fuego que quema a veces y otras veces no da mas que calma envuelta en furor. Dime quien eres tu cuando te vistes de viernes y me llegas los lunes por la mañana intentando hacerme daño. Dime quien es la lluvia que moja mi cara en los días de otoño y me nubla la vista. No quiero hablar, no necesito esas palabras que crean punzadas en mi pecho.

No quiero nada de ti. No te quiero a ti, y a lo mejor no notas el fuego entre tus entrañas, y el calor que que nos dábamos unos a otros. Y ya se empieza a notar el frió entre tu y yo. El frió doloroso que casi quema. Que casi duele.


27 de septiembre de 2014

No.

Se me nubla el corazón cuando pienso en ti. Y aquella metáfora que recorría cada poesía inscrita en tus besos. Me suena bien. Y sabe mejor si estoy cerca. Se me hunde el corazón en agua tibia cuando hablo de ti, cuando me muero por dentro y me quedo sin lágrima. Se me cae el corazón al suelo cuando ya no lo tengo cuando ya no aparece y se ha ido.

Me lo has robado todo, y solo me queda recordar esa presencia de locura en tu pelo. Esas pintas de satisfecho al tomarte el primer café de por las mañanas, esa cara de judas cuando me mientes. No me mires así no alargues esa cara tan bonita que resplandece en el atardecer. Y ahora que se me nubla la vista he decido no buscarte, no buscarte en ningún lado ni entre escombros ni entre tus fotos en blanco y negras clavadas en el techo. Yo salía en ellas, y a lo mejor tú también, ya no recuerdo.

Y así me gusta (no) recordarte. Así me gusta no acordarme de tu calle, de tu número, de mi "yo" al estar contigo. No era diferente, solo más natural. Más normal. Aunque nunca lo fui, nunca fui normal, me sentí privilegiada al estar acomodando mi cabeza en tu hombro. Nunca fui normal, cuando me encontraba ruborizada cuando me mirabas. No estoy loca y pensarás que si. Que si me fui fue por la simple manera de quererte, de quererte tan fuerte. De poder ser tan felices juntos.

El "no te olvidaré" no será recordado aunque tus labios hayan dejado cicatriz entre mis sentidos.

El "ojalá le vea" de los sábados, aunque sea a tras luz cortado al viento, contigo o contigo no hay más opción que quedarte más tiempo del siempre.