"A lo mejor la vida solo consta de disfrutar de los pequeños momentos."

4 de julio de 2014

Carta escrita en cuestión de tiempo.

He aprendido que todo viene como se va,  de la misma forma y del mismo modo.  He visto como se viste de gala y se marcha por la puerta con otra cada palabra tuya. He reconocido el día de hoy entre todos los días que pasaron rapidísimo. Pero no es el día de cumplir de respetar que nada es para siempre y que suena a chiste cuando me fijo en los que se mueven en mi alrededor. Y ojalá os deis cuenta de que nada dura, nada llega fácilmente, nada coge rumbo y vuelve. Nada, nada, ya nada me llama la atención; los buenos modales ya no sirven en la misma mesa que el amor.  Te quiero como ayer y menos que mañana. Las palabras bonitas se han perdido y si hablamos de ti, tus mentiras han cambiado y parecen más verdaderas.

Y sigo aquí,  miro a mi alrededor. Y veo a mis padres,  a mi madre y a mi padre.  Mi madre que ojalá fuera un poco igual a ella.  Solo un poco parecida. Reconociendo a mis amigos desde niños y teniéndolos desde ahí.  Conociendo ya con mayoría de edad que las personas que teníamos al lado con 6 años van a ser las mismas que cuando tengamos 40.  Seria un gusto pero parece ser que eso ya no se lleva. 

No se lleva decir la verdad, es más normal mentir y hacer que todo gira a tu alrededor. Esos tiempos no duran cuando tardabas meses en pedir a una chica una cita y ahora se han perdido los cortos modales en el amor. Y yo escribo esta carta en conmemoración mía por si se acuerdan de que un día confundí el amor, mientras la mayoría confundis la palabra "enamorarse"