"A lo mejor la vida solo consta de disfrutar de los pequeños momentos."

23 de noviembre de 2013

Se me pasa la vida mirando a las estrellas.

Quise descartar esas ideas tan descabelladas que salían de mi mente tan rápidamente como años luz. Esas ideas que se quedaban penetrando mi subconsciente hasta llegar a la clave del problema, me refería al punto muerto. A las estrellas y a cada una de sus puntas. Quería recorrer cada rincón de mi corazón para ver si estabas o ya te habías largado sin decir adios. Me suena a grande, las despedidas no son lo mío. Me arrebatan un par de días de la semana y el tiempo no me sobra. Me cubro de esa capa de superficialidad, que se apodera de mi por el día y por la noche se destapa entre oscuridad y silencio. Me dedico a sacarme las manos del bolsillo y a taparme los ojos con el flequillo del pelo, y a susurrar que ya era hora de perderte de vista. Percibo un rayo de sol, y una increíble onda de aquella canción lenta que se escuchaba de fondo las tardes de domingo. Suena tan superlativo recordar algo que ya se fue. Y jamás volverá. Se destapa esa poca claridad de la noche y con ella las pequeñas migas de pan detrás de la escoba, recojo los cachos de cristal de la cocina y con ellos me llevo mi dignidad, mi orgullo envuelto en pequeños trozos de papel. Adiós, la vida se encoge de hombros esperando una respuesta acorde con la sintonía de mi sonrisa. He revivido y gracias a que todo se acaba ir.

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