Decidimos que el que se enamorará no volvería a sonreír.

"He amado sus errores como si fueran los míos"

¿Sabes esa sensación de que parece que no sirves? ¿De que no sirves para nada? ¿De que todo es una puñetera mierda? Pues esa sensación viene y se va cuando quiere. Le gusta venir cuando estás genial cuando  coges el truquillo este de sonreír por todo. El truco ese que sonríes por la simple bobada del día. Pero te das cuenta de que el truco ese se acaba te acabas cansando del mismo truquillo ese de sonreír de no perder la sonrisa, de no perder la esperanza de que todo empiece a brillar. Te das cuenta de todo. Pero el problema no es ese. Porque los demás te hacen sonreír, y tu pues sonríes sonríes como puedes, no forzada. Nunca forzada pero sonríes porque en ese momento eres feliz. ¿Nunca os ha pasado de ver reírse a alguien y que se le va consumiendo la sonrisa hasta poner mala cara, hasta casa ponerse mal, melancólico? No lo puedes evitar, la vida es así. Se te consume la sonrisa. Como decirlo, se te acaba el momento en que te han hecho reír. Eso es lo malo, que vuelves a caer como si fueras gilipollas.

Que sí, que tropiezas cincomildoscientastreinta veces con la misma piedra  ¿Y qué? Te levantas, te sacudes y sonríes. Intentas no sobresaltarte, no ponerte mal por mierdas. Esa sensación de que nada te sale bien, de que metes la pata con todo. Esa. La cosa es que a veces te da por pensar que todo lo que pasa sucede porque has hecho algo mal, como decirlo, el karma, que has hecho algo mal y tu pagas con la misma moneda. Pero no siempre es así, a veces hay otra persona que quieres que esté a tu lado. No lo está. Se ha marchado. Te ha dejado ahí, tirada.

Pero es que a veces el 'porque' no existe. O no le encontramos, porque no está visible. Hay que rebuscar hasta encontrarlo, porque se habrá escondido. Piensas que darías cualquier cosa por estar horas a su lado, hablando, riendo pero sobre todo sonriéndonos, como si no hubiera un mañana. Me da lo mismo que no haya besos, ni abrazos. Con hablar de cualquier cosa me conformo como si te da la gana hablarme de tu infancia. Me hace feliz escucharte. Pero odiarte sería lo mejor ¿Sabías? Lo mas fácil, lo mas complicado es quererte, porque cada putada que me has hecho odiarte, sería lo mas fácil lo mejor, no puedes, no puedes soportar la carga de no sonreírle y que te devuelva la sonrisa. No por favor, no sonrías que me enamoro.