'-Yo es que te odio, te odio mucho.
~No lo creo, se que tienes ganas besarme.
-No, yo te odio.
~El odio es mutuo, bésame.
-Para la próxima vez pides permiso antes de besarme.
~¿Entonces? ¿te puedo besar ahora?'
Te odio, te odio mucho. Odio tu risa, tu forma de hablar, sobre todo de caminar, de reírte de sonreír, esa forma de llamar, esa forma de mirar, esos ojo, todo. Odio todo de ti.
La verdad es que si dijera esto, mentiría, mentiría mal, mentiría muchísimo.
Porque no te odio, y menos tus formas de mirar. No odio nada de ti. Sino que me odio a mi, me odio por quererte. Por no poder olvidar todo. Me odio, odio mi forma de hablar, de reír de achinar los ojos al sonreír. Todo todo de mí.
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