"A lo mejor la vida solo consta de disfrutar de los pequeños momentos."

26 de septiembre de 2014

Dime donde estás, no quiero verte.

No quiero echar de menos a nadie cuando diga adiós y sin embargo inspiro. Siento su ausencia y rememoro, y ojalá no le viera cuando no está. Y ojalá me sentara bien saborear el aire por el que él no ha pasado pero se me nubla la vista. Se me revuelve el estómago pensando en que será de mi con la cama vacía y llena de dolor. Que será de mi sin esa magia al despertar, sin esa presencia tan apetecible. Sin compañía mi cama esta fría, helada, sin necesidad de moverme siento frío y desolación. Sola. Sola me encontró en esta oscuridad sin salida.

Tu dulce perfume ya no está, tu me dices que vuelves cuando no es verdad y se me erizara la piel al ver el mar sola. Cruzó mis brazos y tirito, ojalá me abrazaras de nuevo como antes hacías inconscientemente. Y me gustaba sentir calor ajeno antes que el mio propio, sentir sus dedos entrelazanadose y agarrandome por reírnos la espalda, me recorría una ausencia por el cuerpo que hacía que me retorciera de dolor. Era irónico pensar en ti sin recordar tus rasgos más sutiles, sin recordar como movias tus manos al bailar, esos pequeños y diminutos síntomas de dulzura al reírte de mi risa. Poco faltaba cuando me intercambie la vida con el de enfrente, poco faltaba para que mi corazón muriera y no por ti. Por mi y, mi manía de pensar en que te quería más que tu a mi y que fuera verdad.

Me dolía tanto como acostumbrarme a tu ausencia de calor, y al frío de cada invierno sola. O aquel infierno sin tus besos. Me dolía.

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