"A lo mejor la vida solo consta de disfrutar de los pequeños momentos."

17 de abril de 2014

Tras las olas de aquel mar oscuro entre tinieblas.

Que ya no me quedo quieta a través de cielo, que ya no suspiro al mañana. Y mis manos se quedaron en los bolsillos , que estoy sola y llena de agonías; se me retuerce el alma en aquel rincón de mi habitación y siento tus pulsaciones en mi subconsciente que me llena de aquella situación inverosímil al lado del mar, y no quiero volver a verlo, no quiero volver a sentir el hambre de besos y el cariño de cada abrazo.

No sé, si ya no siento nada no es por ti. Pero me quedo acongojada en un lado del sofá con las rodillas dobladas tocando mi frente y llorando entre lineas de mi alma. Me vuelvo a quedar callada y esta vez por mas tiempo a lo mejor 3 segundos o otra media hora sin mirar adelante como hacía antes. Ni tu, ni yo, ya no estamos juntos. Hombro con hombro.

Se me aniquilan las entrañas cuando te miro y no te veo, cuando no te reconozco entre la gente siento un escalofrío y a lo mejor cuatro pinchazos en la tripa. No lo siento, no siento haberte dejado solo sin nada a lo que mantenerte sin nada a lo que sostenerte. Como un árbol para mantener el equilibrio como un pájaro en el aire. Sin ese síntoma de dolencia entre los brazos y entre la mente y su recóndita mirada como el negro azabache fe tu oscuro pelo. Ahora me sostengo a mi misma que ya es bastante, tras la vida de la mariposa entre ruidos suena y tras la vida de aquella golondrina que planea volver al nido. 

Ya no soy yo, ni a lo mejor tu.

No soy nosotros, porque necesitaría de tu ayuda que ahora mismo no dispongo, no soy de nadie. Porque se protegerme entre la sabanas de mi cama de noventa entre el edredón de casi 100 kilogramos y me sostengo entre la oscuridad que intenta entrometerse en cada pulgada de mi alma.

Aquella oscuridad no existe, es síntoma de que por fin he cerrado los ojos.

Pero sigue pasando el invierno entre bufandas, entre aquellas luces que me llevan a la oscuridad de mi habitación. Si ahora mismo entrara el viento por esa puerta y me helara ojala me hiciera sentir algo, solo pido un mínimo sentimiento. No se si quiero que vuelva el viento, o el aire entristecido por tu ausencia y ya no soy yo soy otra persona mas o menos común que se queda repostando en cada sombra de cualquier persona que se quede parado frente al abismo de mi subconsciente. Aquel frio ya ha congelado mis sentimiento y no te necesito para nada, ni para refugiarme en cada esquina de aquella casa que ahora reconozco. Si es que ya no soy yo, he cambiado y a lo mejor no para mejor.

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