"A lo mejor la vida solo consta de disfrutar de los pequeños momentos."

22 de abril de 2014

Y de corazón enterrado en puño.

Se han callado las entrañas, y mi débil subconsciente se reduce a lo mínimo. Ya no estoy a flote y mi vida se desmorona en cada rincón mas inhóspito. Estoy tan callada y cansada, estoy tan inmunda de mis palabras y tan esclavizada de las tuyas que las demás me dan igual.

Estoy pendiente de lo que me cuentes y de lo que me puedas decir, y no soy feliz. Porque aquí hay mucho ruido, pero solo te oigo a ti. Se silencia lo demás cuando sonríes o cuando simplemente me miras. Estoy parada, y no se donde estoy pero el ruido penetra todos los rincones de mi cuerpo. Se me vuelve a poner la carne de gallina, y se me eriza el pelo. ¿Es real o no? Cuando me miro en tu espejo y no me veo, o cuando te beso sin cerrar los ojos y ya no estas. Es verdad que se me inundan los ojos entre sangre cristalina y transparente, pero no es de tristeza. Eso no existe.

También se me nubla la vista y estoy mirando al sol para saber que ciega puedo quedarme. Es sencillo y no tan complicado cuando no es verdad y es natural, sigo pensando en acudir a aquellas tierras y quiero comenzar por ti.

Domingo tras domingo y me resguardo del fuego y del hielo. Ya no me hielo, el bello paisaje ya no me hace inmutar. Soy tan inutil que se me carga el alma y de pie estoy de nuevo. No siento las piernas porque me tiembla hasta el alma; el peso cuenta cuando el corazón se tambalea y ya no puedo sostener la mirada en el sol. Ni en las estrellas que recubren mi habitación. Me voy no quiero volver, me quiero resguardar bajo aquella capa de complejidad inhumana.

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